Lunes 7 de Julio de 2014
Opinión – Joaquin Guzzo, un Toldense en la Copa Del Mundo de Brasil 2014
El que viene sin que lo llamen, se va sin que lo echen. Nadie me llamo, nadie me esperaba, a ningún brasilero se le cruzó por la cabeza invitarme a vivir el mundial. Yo vine igual, no me importó. Pero hora que estoy, me voy, me tengo que ir, siento que no me puedo quedar acá. Comencé mi viaje hace ya varios meses (mamá seguro lleva los días contados), con muchos sueños, y uno de ellos era estar en el mundial, vivir el mundial, SER PARTE.
Cuando crucé la frontera de Brasil con mis amigos Piti y Ariel, estaba pleno, feliz. Y no era para menos, estaba en Brasil, el país que siempre quise conocer. Al principio tenía algunas barreras para conectarme con la gente, sobre todo la del idioma. Con el tiempo las barreras fueron desapareciendo, y con ellas vencidas pude decir y sentir que comencé a convivir con ellos. Comenzamos a conocernos, bailamos, reímos.
Al conocernos nos fuimos soltando, dejamos de lado los chistes de Maradona 1 y Pelé 2, y empezamos a hablar de todo, más que nada de la copa. Me contaban que el sistema de salud era de mala calidad, lo comprobé al ir al hospital y no lograr ser atendido, que el transporte era pésimo, verdad que vivo todos los días, que se habían robado mucho en las obras para el mundial, otra verdad, ningún estadio gastó lo presupuestado, algunos gastaron casi el doble. Yo escuchaba y preguntaba, siempre con la idea de que cuando comenzara la Copa, todo eso se iba a dejar de lado, a olvidar, no entendía mucho pienso hoy. Comenzó la Copa y nada se olvidó, la gente sigue pensando lo mismo.
La diferencia es que ahora yo logro entenderlos. Fué en ése momento, cuando logré entenderlos, que comenzaron las preguntas, ¿qué hago?¿ Me hago el boludo y disfruto igual del Mundial? ¿Esto es una fiesta?¿Estoy disfrutando?¿Puedo disfrutarlo?. Ahora sé que no, que esto no es una fiesta, que no puedo disfrutarlo, que me duele verlo, que siento mucha bronca e indignación. De repente todas las barreras que habían desaparecido sentí que volvieron. Fue ahí que decidí irme. Y digo decidí irme porque fue mi elección, en contra de uno de mis sueños, decidí irme porque no puedo y no quiero estar presente, no quiero SER PARTE de "una fiesta" que no es tal, "una fiesta" que no es del pueblo, "una fiesta" que organiza una empresa.
Porque la FIFA es eso, una empresa. Una empresa que alquila países y hace sus fiestas. Y ahora está acá, en Brasil, son los dueños, mandan ellos, deciden qué se puede hacer y qué no, a qué hora si y a qué hora no, en qué calle si y en cuál no, deciden todo. Porque esto no es una fiesta, esto es una farsa, una mentira.
Por eso me voy. Por la TV se muestra un Brasil que no es real, se muestra gente feliz en los estadios, disfrutando, sonriendo con sus dientes perfectos. Pero ellos nunca muestran la dura represión en las manifestaciones, los desalojos violentos, las colas en los hospitales para ser atendido, la gente durmiendo en la calle. Eso no, eso no se muestra, eso no se puede mostrar, porque si se muestra eso, se cae rápidamente todo, se cae la farsa, se cae el Brasil potencia, se cae el "modelo económico exitoso". Y si se cae todo eso, se ve lo otro, y si se ve lo otro (hoy invisible), hay que hacer algo, y si hay que hacer algo, hay que cambiar, y acá en Brasil no quieren cambiar nada.
A los que sostienen la farsa, que son los que mandan, no les conviene cambiar nada. Es por todo esto que decidí escribir, para expresar lo que siento, intentando hacer visible lo invisible, para contar lo que veo y decirles a mi familia, mis amigos, a la gente de mi querido Los Toldos que me vió en la TV, sonriente, hablando, decirles que ese tipo que vieron hablando, diciendo que quería ver a los jugadores, que los vio, pero también vio lo otro, y es por lo otro, marcado por los valores que me inculcaron mis padres y hermanos que decido irme. Por eso gente, yo me voy, y me voy sin que me echen.
JOAQUIN GUZZO – UN TOLDENSE EN EL MUNDIAL
