Lunes 7 de Abril de 2014
Tienen la posibilidad de vivir en Junín, con becas de residencia.
Jóvenes de los partidos de General Viamonte, Ameghino, Chacabuco, Nueve de Julio, Bragado, General Pinto y General Arenales tienen la posibilidad de vivir en Junín, con becas de residencia.
Muchos jóvenes de la región eligen a Junín como la ciudad donde van a vivir y desarrollar sus estudios universitarios o superiores, recibiendo ayuda de sus respectivos Municipios para poder llevar adelante la carrera.
En Junín hay varias casas alquiladas o de propiedad de Municipalidades de la región, destinadas exclusivamente a estudiantes, que van a la Unnoba, a Institutos de nivel estatal o privado, o a la Escuela de Arte “Xul Solar”, generalmente. Todos los estudiantes que reciben este beneficio destacan que sin él, sería muy difícil llevar adelante la carrera
Según la oficina de Bienestar Universitario de la Unnoba, a cargo de Sebastián Fulderi, hay casas solventadas por Municipios o por legisladores de los partidos de Ameghino, Chacabuco, Nueve de Julio, Bragado, Los Toldos, General Pinto y General Arenales.
Se trata de espacios ofrecidos a estudiantes que generalmente tienen beca de residencia por lo cual no pagan alquiler, sólo los gastos de servicios, además de lo que es comida y mantenimiento de la limpieza, por supuesto.
De Viamonte
Kevin Susseret tiene 21 años y es oriundo de Baigorrita, partido de General Viamonte. Desde el 2011 está viviendo en Junín, estudiando la carrera de Contador Público en la Unnoba. Prevé recibirse este año y en el 2015 continuar con la Licenciatura en Administración, para la cual tendrá que cursar pocas materias más.
Vive en una casa alquilada por el Municipio de General Viamonte en Junín, para estudiantes universitarios o del nivel superior, ubicada en pleno centro, ya que es acreedor de una beca habitacional del Centro de Estudiantes Universitarios de Los Toldos (CEULT).
Al ser consultado, Kevin se mostró muy conforme con el servicio de residencia que le ha brindado el Municipio. La casa tiene cinco dormitorios (divididos varones y mujeres), dos baños, sala de estudio, cocina y living/comedor. “Actualmente estamos viviendo 15 becados: 4 de Baigorrita, 1 de Zavalía y 10 de Los Toldos, todos de entre 18 y 24 años, hay estudiantes de Ciencias Económicas, de Ciencias Jurídicas, de Ingenierías, de Profesorados, de Diseño, de Trabajo Social, de Enfermería y de Ejecución Penal. Las instituciones educativas son principalmente la Unnoba, la Escuela de Arte Xul Solar, el Instituto del Profesorado y el Instituto 20.
“Estamos cerca de la Facultad, de la Estación de Colectivo, en una zona segura y con todo a mano- manifestó el estudiante- Para la limpieza y mantenimiento de la casa tenemos un sistema de planillas. Nos dividimos por turnos (matutino y vespertino) y por sectores de la casa (baños, cocina y comedor, y el largo pasillo de entrada). Limpia el que le toca. También cada 15 días limpiamos las heladeras, además de los patios, etc. Para sacar la basura también estamos organizados”.
“Provenimos de distintos lugares, con diferentes formas de estudiar, de vivir, pero con buena voluntad podemos organizarnos – afirmó-.Vivir en una casa con 14 personas desconocidas, con distintos valores, costumbres y formas de accionar no es algo sencillo, pero tampoco imposible, todos estamos en busca del mismo objetivo: recibirnos; por lo tanto, ponemos lo mejor de nosotros para hacer de la convivencia una experiencia llevadera. La relación entre nosotros es buena en líneas generales, existen roces diarios -y lógicos- por temas de limpieza, horarios, etc. pero nada grave”
“Para la coordinación de la convivencia formamos una comisión interna integrada por tres estudiantes, cuya función es hacer cumplir el reglamento de la casa, el pago de los servicios, la compra de suministros necesarios y, además, auspiciar de nexo integrador entre el municipio y los becados”, acotó.
Kevin Susseret destacó la importancia de la casa. “Para muchos de nosotros sería imposible continuar con nuestros estudios si tuviéramos que abonar diariamente un pasaje de colectivo que está por encima de los $20, por eso la posibilidad de tener un lugar en Junín dotado con luz, gas, agua e Internet por sólo $125 es inmensa, todos nos sentimos afortunados de contar con este apoyo”, señaló.
“Nuestras necesidades básicas están cubiertas. El año pasado, sin ir más lejos, el municipio hizo arreglar los techos y pintar, gracias a eso la casa mejoró mucho su aspecto y su comodidad, de todas formas, por la cantidad de habitantes que somos, necesitaríamos otra mesa, más sillas, una nueva heladera, etc. La ayuda de la comunidad siempre es bien recibida”, manifestó Kevin.
Cabe mencionar que desde el Municipio de General Viamonte se hace un seguimiento a los chicos, para saber si estudian o no, y cómo están avanzando en sus respectivas carreras. “No se le cobra nada a los que viven en la casa, casa que también sirve como lugar de tránsito para los que residen en el partido de General Viamonte y estudian en Junín, con el objetivo que no tengan que estar deambulando de un lugar a otro”, aclararon.
De Bragado
Matías Bruyas y Hernán Bruno son de Bragado y están estudiando en Junín desde hace varios años. Matías está en 3º año de Ingeniería en Informática y Hernán hace cuatro años que está en nuestra ciudad, estudiando Licenciatura en Administración. En sus testimonios brindados a diario Democracia dieron detalles de la organización de la casa, aspecto que resulta fundamental para poder cumplir la meta: recibirse.
“La cocina se limpia todas las noches, tarea que estará a cargo de quien corresponda según una lista de los que viven en la casa, por orden alfabético. Un día determinado se hace limpieza general de toda la vivienda, y la de cada habitación corre por cuenta de quienes duermen en ella. No hay horario de entrada y salida, todos tienen llaves”, explicó Matías.
Según lo manifestado, hay reglas que se basan en el sentido común, como no poner música fuerte, ni tampoco dejar ollas sucias. “Para la comida, cada grupo o cada estudiante se organiza por su cuenta, pero como parte del centro de estudiantes se hace una compra general de las cosas que usamos todos. En una casa puede haber 20 estudiantes, pero siempre debe haber un lugar para estudiar, en silencio”, afirmó.
Por su parte, Hernán apuntó que también hay una cuota mensual para pagar servicios, artículos de limpieza y una compra general.
Sobre su experiencia personal, de vivir y estudiar en Junín dijo: “esta ciudad me gustó, me siento cómodo. Es hermosa y la gente es buenísima. En general hay muy buena relación con los compañeros, ya sea con quienes empezamos la carrera como con los nuevos”, manifestó.
“Está bueno porque brinda la comodidad de estar cerca de tu ciudad, nosotros estamos a 90 km. Vale aclarar que en las casas no hay solo gente de la ciudad de Bragado, sino también de O’Brien, Irala, Comodoro Py, Mechita, Warnes, que son del partido”, acotó.
El coordinador Julio Sciascio, quien es director de Empleo, Juventud y Derechos Humanos de la Municipalidad de Bragado, explicó a Democracia, que la comuna tenía la locación de dos inmuebles en Junín y transfería a un centro de estudiantes el tema de la convivencia en las casas. “En las dos casas (una a cuatro cuadras del centro y otra en barrio El Picaflor) hay aproximadamente 40 chicos. Las casas son mixtas, hay varones y mujeres, son todos estudiantes del partido de Bragado que estudian alguna carrera universitaria en Junín y tienen una beca residencial, otorgada por el Municipio.
Bragado también tiene casas en La Plata y en Buenos Aires, pero la gran demanda es para Junín”, aseguró.
Entre los inconvenientes planteados por los estudiantes, hicieron referencia al transporte público de colectivos Junín-Bragado, por ser “bastante escaso” y “caro el pasaje: 42 pesos por viaje”.
De General Arenales
La Municipalidad de General Arenales tiene cinco casas donde viven estudiantes del partido: tres para mujeres y dos para varones, albergando alrededor de 40 jóvenes en total. En general estudian en la Unnoba pero hay también quienes lo hacen en institutos superiores, como es el caso de Jonatan González, quien desde hace cuatro años estudia en el Instituto Superior de Formación Docente y Técnica Nº 20, profesorado en Educación Matemática.
Jonatan tiene 23 años de edad y es oriundo de Arribeños, localidad del partido de General Arenales. En diálogo con Democracia, al referirse a la convivencia entre los estudiantes de la casa, asegura que “está todo bien”.
“Tenemos lugar para estudiar, las piezas son para dos personas cada una, hay comedor-cocina y el hall. Siempre hay algún lugar donde podés estudiar tranquilo, incluso llevar compañeros para hacer trabajos prácticos”, afirmó.
A la pregunta cómo era la relación con los otros estudiantes, con la gente de Junín, una ciudad mucho más grande que Arribeños, Jonatan respondió que al principio le costó mucho adaptarse. “Yo soy de un pueblo donde, por ejemplo, se acostumbra a saludar a todo el mundo, a hablar con cualquier persona en cualquier momento, a pararnos para charlar. Al principio la ciudad me impactó porque yo saludaba y no me respondía nadie. Me sentía medio raro pero después conocí a gente de otros pueblos, como Morse, O’Brien o Agustín Roca, o de Villegas, que estaban estudiando en Junín, y me hice de amigos”.
En su caso, viaja todos los fines de semana a Arribeños e incluso, en el transcurso de su carrera, llegó a hacerlo todos los días cuando trabajaba como docente en una escuelita de su pueblo. “Daba clases a la mañana y a la tarde cursaba normalmente, en el Instituto Nº 20. No había problemas”, explicó.
Liliana Folini es la coordinadora de los servicios que presta el Municipio de General Arenales, a través de sus cinco casas en Junín.
