Miércoles 12 de Octubre de 2016
El equipo de profesionales del centro de prevención de las adicciones (CPA) organizó charlas sobre prevención de adicciones en la Escuela Técnica.
Las integrantes del CPA de General Viamonte junto a la profesora Sandra Nicolari, el Equipo Orientador y directivos de la Escuela Técnica Nº1, realizaron estos encuentros con el objetivo de generar espacios de reflexión y orientación con padres y madres apuntando a la prevención familiar en el consumo problemático de sustancias. Los temas trabajados en la charla fueron: Comunicación familiar, Valores, Responsabilidad en la toma de decisiones, Límites, Libertad y responsabilidad, Hábitos saludables, Sexualidad, y Afectividad.
La Trabajadora Social Claudia Formaríz y la Psicóloga Silvana Amengual, referentes del CPA local, promueven este tipo de actividades como acciones en la prevención del consumo de drogas, orientadas a minimizar la influencia de los factores de riesgo y a potenciar la influencia de los factores de protección.
Dirigido a los padres del alumnado, el espacio reflexiona sobre adicciones a las drogas y al alcohol y su raíz en conflictos o en situaciones familiares disfuncionales; como así también su raíz en la violencia y la inseguridad, la pérdida del sentido de lo bueno y de lo malo, el aumento de las enfermedades como la depresión, la bulimia y anorexia, las niñas madres, el aborto, la indiferencia, el suicidio y la violencia juvenil, la paradójica realidad de hijos huérfanos de padres vivos, y la explotación de abuso de niños. Por lo tanto, su solución pasa por prevenir conflictos y situaciones, fortaleciendo y facilitando la vida familiar estable.
En este tema es preponderante el nivel de atención de los padres, se concluye que a mayor nivel de atención de sus hijos, menor es el consumo de sustancias psicoactivas en los mismos.
Este mayor nivel de atención significa que los padres siempre o casi siempre saben a dónde están sus hijos cuando salen, que se fijan en los programas de televisión que miran, que están bastante atentos a lo que los estudiantes hacen en la escuela, que todos los días o seis días a la semana comparten el espacio del desayuno, almuerzo, merienda o cena, que controlan a qué hora llegan los chicos cuando salen de noche los fines de semana, que saben a dónde van o esperan que sus hijos les digan a dónde van los fines de semana cuando salen y que conocen bastante a sus amigos más cercanos. A medida que la atención y cuidado aumenta, el consumo disminuye.
Las familias presentes se mostraron interesadas, creando un diálogo fluido con las coordinadoras y formulando gran cantidad de preguntas. En este sentido los padres, madres y tutores/as, debieran estar sensibilizados e informados sobre el tema, y reforzar su rol parental preventivo y protector.
Si la educación integral parece ser la vía más eficaz para prevenir el consumo y el abuso de drogas, la necesidad de formación tanto de los educadores como de los padres, se convierte en una de las medidas preventivas más urgentes y necesarias.
Es por ello que apostamos a la familia, intentando generar espacios de escucha, de reflexión conjunta, enriquecimiento mutuo con el intercambio de experiencias y saberes, sensibilización y orientación acerca de la educación de los hijos. Y consideramos que la institución educativa, como ámbito que nuclea a nuestros niños y jóvenes, es un espacio válido donde convocarlos a reflexionar.
