Lunes 12 de Noviembre de 2018
Caminando en comunión
Mensaje del Obispo con motivo del 40º aniversario de la peregrinación al Monasterio de Los Toldos.
Sin lugar a dudas la peregrinación es imagen de ese camino que es la existencia de todo ser humano, así como también lo es el itinerario de su fe, la vida de la Iglesia y la historia de la humanidad toda. Como personas somos caminantes y como creyentes somos peregrinos. Toda peregrinación es motivada por algún tipo de confianza. La fe nos hace peregrinos y, al mismo tiempo, la peregrinación nutre la fe.
Mirando la realidad de nuestra diócesis y escuchando a tantos que fueron parte de esta verdadera experiencia de fe, descubro que uno de los eventos más vivo y significativo que ha marcado y marca nuestra vida es, precisamente, la “peregrinación a Los Toldos”, tal como popularmente la llamamos. ¡Esta peregrinación es una realidad viva que, a su vez, reanima la fe y la vida!
Cuántas anécdotas de su vivencia y cuán profundamente conmovedores los testimonios del paso, la compañía y la obra de Dios, esa noche, en el corazón y la vida de tantos hombres y mujeres que la hicieron. ¡Sólo Dios conoce cuanto ocurrió en muchísimas almas en el silencio de una madrugada o en las confidencias al compañero de camino!
En este día vaya nuestro reconocimiento y agradecimiento a los monjes del Monasterio; a los sucesivos párrocos y sacerdotes de Nueve de Julio y Los Toldos; a la responsabilidad y generosidad de tantos laicos que, con pasión y espíritu de servicio, la organizaban y llevaban adelante; a los medios de comunicación, las autoridades, instituciones y organizaciones sin la ayuda de los cuales, no podría realizarse. Oremos por cuantos ya no están y agradezcamos a quienes siguen entre nosotros.
Este año, tan significativo por cumplirse el 40 aniversario, la providencia ha querido que por las inclemencias climatológicas no podamos efectuar materialmente la peregrinación, tal vez sea para que en la quietud del silencio hagamos la peregrinación espiritual que nos permita valorar este acontecimiento de gracia y retomar fuerzas para un renovado impulso de nuestra peregrinación.
Deseo culminar relacionando este acontecimiento anual con el objetivo pastoral diocesano, “Caminar en comunión para anunciar a todos la alegría del Evangelio” Sin exageración alguna, bien podemos decir que cada una de estas peregrinaciones lo viene llevando a cabo aún antes de formularlo. Los invito de todo corazón a mantener vivo este evento de fe, comunión y evangelización e invitando a muchos a realizarlo para que se reavive su fe, se fortalezca la esperanza y crezca la caridad, y el fruto sea vivir como familia en la Iglesia y en la sociedad. Por eso decimos y pedimos: ¡Madre: danos fuerza para unirnos como hermanos!
Ariel Torrado Mosconi
Obispo de Santo Domingo en Nueve de Julio
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