Martes 14 de Junio de 2016
Cultura
Además de su tarea habitual al frente de la Parroquia, el Cura Rodrigo también realiza misas de sanación, lo que ha generado una enorme movilización no solo en nuestro pueblo sino en gente de localidades vecinas que asisten a la imposición de manos.
¿Cómo es esa experiencia de las misas de sanación?
Lo primero que hay que decir es que Jesús cuando vino al mundo, vino a sanar y a restaurar nuestra naturaleza, nuestra humanidad que está destruida muchas veces por el pecado o la falta de sentido o las heridas que todo vamos teniendo. Entonces esto es un ministerio de sanación que brota, que algunos curas lo estamos llevando adelante pero parte de un carisma de orar sobre todo por enfermedades que son interiores sobre todas las cosas y gracias a lo interior se ve mucha sanación de lo exterior del cuerpo. Está contemplado también en la medicina, que muchas veces las enfermedades que muchas veces las enfermedades del alma atraen las enfermedades que son corporales, y entonces el señor en este camino, de la oración de intersección se llama, que son nuestras heridas. Jesús viene a ser como un gran psicólogo, un buen psicólogo y vamos descubriendo a través de la sanación cuáles son esas heridas que nos hacen tanto daño y cuáles son las raíces. Y a través de la imposición de manos, de la oración, muchas de esas heridas empiezan a quedar sanadas y también se empieza a sanar nuestro interior y se encuentra nuestro sentido en la vida, que es lo principal. Por eso Jesús viene sobre todo a sanar y restaurar todo esto. Y se le ofrece a las personas que vienen este momento de oración, de alabanza, de apertura, de abrir el corazón y orar por cada persona, escuchar a cada persona y es lo que las personas hoy estamos buscando también porque hay muchas enfermedades dando vuelta que no son solamente del cuerpo sino del alma, del interior.
En estas misas seguramente recogerá testimonios muy fuertes…
Hubo muchas curaciones de cáncer y sobre todo lo que más noté yo en mi ministerio, que hace cuatro años que lo vengo llevando, es la recuperación de la maternidad, muchas personas que no podían tener hijos han podido concebir y bueno estamos también anclados en la promesa de la madre Inmaculada de Salta que dice que si nosotros abrimos nuestro corazón a la oración y a la presencia de Dios, el Señor va a hacer muchas cosas en nosotros, va a obrar muchas cosas hermosas, entonces creo que un fruto inmediato de lo que es la sanación interior es recuperar la paz, recuperar el sentido de la vida, recuperar el porqué uno existe, salir de esa oscuridad que uno está viviendo y entonces ahí también cuando uno acepta a Dios en su vida empieza a venir todo lo que son las sanaciones de lo físico también.
Y no es que esto es una misa de sanación, terminamos y nos vamos a otra cosa, sino que la gente ha perseverado. Por ejemplo, en la de Arribeños, Arenales, Ferre, tienen grupo de oración, gente de muchos años alejada de la iglesia hoy ya forman parte de nuevo por este descubrimiento, que una a veces puede ver a la iglesia como una institución solamente, pero no es solamente una institución sino que es la gran gracia de Dios que nos atrae hacia su rebaño, a ser parte de su rebaño. Descubrir la presencia de Dios y la sanación de Dios hace que uno se sienta fortalecido y también persevere, es lo que hablamos con los jóvenes, porque a veces el joven no persevera porque no descubrió todavía la presencia de Dios en su vida que es muy importante y saber que Dios obra que Dios puede obrar en la vida de uno cuando abre el corazón.
¿Es como que algunos que se alejaron de Dios vuelven a creer?
Nosotros estamos transitando tiempos donde está muy marcado un ateísmo, no porque la gente sea mala y no crea sino que el ateísmo muchas viene porque ya no se practica en la familia de generación en generación, no se pasa esa posta que antes era cultural, hoy en día hay baches de generaciones que ya son más jóvenes no creen, pero Dios se vale de otros medios para atraerlos, porque acá la iniciativa siempre la tiene El y siempre es el llamado de Dios el que nos busca y Dios siempre se vale de medios que a veces son enfermedades, que son crisis, que son distintas situaciones para volver a traerlos al rebaño. Hay algo muy importante en esto, la Virgen de Salta cuando se aparece, porque la Virgen tiene aparición en cuerpo y alma y aparece su hijo Jesús una gracia muy hermosa para la humanidad y como digo Salta también otros lugares tocados por la presencia de la Virgen y de su hijo Jesús, nos está diciendo que tenemos que juntar el rebaño antes de que oscurezca, ese es el gran lema de la Virgen. Juntar el rebaño es volver a la gente a la presencia de Dios y antes que oscurezca es porque se está viviendo una oscuridad en las almas, en las personas y esa oscuridad se traduce en nerviosismo, se traduce en peleas y de ahí en todas las enfermedades, entonces a través del poder de la oración es la gracia que Dios nos está dando en este tiempo para volver.
¿Qué reacciones tiene la gente ante la imposición de manos?
La imposición de manos es algo que es querido por Jesús en el Evangelio. Se nos pide mucho a los sacerdotes que lo hagamos y no deja de ser una oración por esas personas, y pedir a Dios en ese momento la mediación, a través de nuestra mediación sacerdotal, que toque a esa persona en lo más profundo de su ser. Y muchas veces uno percibe a las personas como vienen con mucha angustia, se percibe a las personas cuando vienen por los demás y sobre todo ahí Dios nos usa como instrumento de mediación. Hay personas que después decaen en el descanso del espíritu, uno dice se desmaya, pero no se desmaya, es un pequeño descanso porque Dios también hace una obra de sanación en ese momento que ni yo ni la persona esta sabiendo y es asombroso porque a veces uno sale de esta misa y cree que no paso nada, pero después llega a la casa y se empiezan a dar cambios, se empiezan a notar momentos de paz y eso es lo que hace dios en cada persona.
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