Lunes 27 de May de 2013
Pedro Páramo y El llano en llamas representan dos aportaciones fundamentales a la literatura contemporánea en lengua castellana.
Tanto en la novela como en la colección de relatos, Juan Rulfo nos transporta con gran maestría de lo real a lo fantástico por medio de un estilo vigoroso y poético. Profundamente enraizada en lo popular, la narrativa de Juan Rulfo describa con conmovedora fuerza la cotidiana realidad de un mundo a la vez violento y lírico. Los cuentos de El llano en llamas describen, con exquisita sobriedad, el mundo de los campesinos de Jalisco.
Corto pero conciso
Esta es una de las lecturas obligatorias para la universidad. Hace mucho, mucho tiempo en un curso de escritura creativa, la maestra que lo dirigía nos recomendó encarecidamente su lectura porque ella consideraba que era una obra maestra de la literatura en español. Lo tuve en cuenta, pero como siempre me pasa no me animé a buscar. Ahora es cuando me lo ponen para los estudios es cuando por fin lo leo y compruebo cuanta razón tenía la profesora.
Esta obra está compuesta de una serie de relatos. En 1953 se editó con 15, pero años después se añadieron dos más (mi edición contiene 17), unos no pasan de tres páginas y otros son un poco más largos. Ambientados en Jalisco, México son unas obras de extrema crudeza pero una gran belleza poética sobre la vida en esta región. El autor se preocupó de rescatar las costumbres de la época ya que varios de ellos son ambientados en épocas turbulentas de la historia mexicana: la revolución de 1910 y la guerra Cristera, por ejemplo.
Los protagonistas son casi siempre campesinos pobres, gente miserable que vive en tierras áridas y lugares desolados, donde la violencia, el amor, la perversión, la religión y el misticismo y todas las pasiones humanas se hacen presentes en estas maravillosas páginas. Creo firmemente que Rulfo era un excelente narrador. La prosa es fluida y bonita, no exenta de detalles y de unas maravillosas descripciones (hay párrafos que son para enmarcar). Algunos cuentos te exigen mucho para que los comprendas, no tienen una trama lineal o son narrados desde puntos de vista que no cambian durante la obra (por ejemplo el relato 'El Hombre') pero que realmente son pequeñas piezas de gran maestría.
Curiosamente, se me hizo muy parecido a las costumbres de mi país. En mi opinión, esta obra no sólo representa la cultura mexicana, también comparte algo que la hace una gran obra maestra, cuando es capaz de representar a parte de una nación a todo un pueblo, en este caso el latinoamericano. Una maravillosa colección de relatos y sin duda Rulfo se merece todo el reconocimiento que recibió y tengo pendiente de lectura otra de sus grandes obras, Pedro Páramo.
