Sábado 8 de Junio de 2013
En éste nos vamos a 1807. Cosas de gravedad están por pasar, " por las calles las personas se paraban preguntándose noticias, y regalándose mutuamente las mentiras de que cada cual era forjador o inocente vehículo".
Gabriel es ya todo un adolescente. Casi 17 años tiene. Sigue siendo un criado, sí, pero ahora contratado por una actriz de los teatros de las que se codea con la corte, porque "aquellos nobles buscaban la compañía del pueblo para disfrutar pasajeramente de alguna libertad en las costumbres, aunque sin saberlo, estaban consumando la revolución que tanto temían, pues ya estaban echando las bases de la futura igualdad".
En estas bajadas de la corte a clases más bajas, los artistas fueron los escogidos, y ¡claro! como el Teatro es cosa de artistas, pues va a ser una de las razones por las que esté tan presente en este episodio.
Teatro y Corte, ambos con sus conspiraciones, y si en la Corte se acaba con una conspiración de palacio: La conspiración de El Escorial de 1807 , que es el objetivo central de este episodio y que tan bien nos va a poner al día Gabriel; Con el Teatro nos relajamos y sorprendemos a partes iguales, porque una tragedia en la que casi no se distingue representación de realidad va a ser descrita. Lágrimas de emoción escaparán al público, ¡qué realismo! suspiran, y es que Galdós para amenizar introduce en la trama amores desatados de celos pasionales, envidias, intrigas... y un Gabrielillo, que a la vez que nos narra lo que está pasando, va madurando para nuestro disfrute y como seguro seguiremos disfrutando de esa evolución en episodios siguientes.
Sabemos que aquella conspiración resultó ser un fracaso, y esto no es un spóiler, porque ya los libros de Historia se encargan de hacerlo, aunque ya digo que nuestro Gabrielillo lo va a explicar mucho mejor, rodeado de todos esos personajes que tal y como se dice en la novela muy ingeniosamente son "prueba de la inmensa variedad que el Creador ha puesto en la fauna moral, así como en la física" .
NOTAS:
Se habla del boom que supuso el estreno de "El sí de las niñas" de Moratín, que se estrenó en 1806, y dice Galdós sobre las reacciones: "Los enemigos en letras que eran muchos, y los envidiosos, que eran más", pero añade "El justiciero pueblo que nos rodeaba, y que en su buen instinto artístico comprendía el mérito de la obra, protestó contra nuestra indigna cruzada" (de desprestigio). En aquellos tiempos reinaban Carlos IV y María Luisa de Parma. Se dice que el poderoso primer ministro Godoy estaba allí más que por valía personal, por los favores de la reina. El libro nos cuenta, que la figura de Godoy no era querida por ninguno de los sectores de la sociedad, y sin embargo el príncipe heredero Fernando (VII), contaba con los apoyos de casi todos los sectores de la sociedad. La conspiración de El Escorial fue la que el príncipe heredero y sus seguidores efectuaron para destituir a Godoy y destronar a Carlos IV en favor de Fernando (VII). El papel de Napoleón en este episodio es muy importante, y se ve que su importancia va a ser mucho mayor en próximos episodios. De momento, para casi todos era como la figura que iba a solucionar los problemas de España, como si fuera El Salvador, porque su unos veían en él al héroe que iba a echar a Godoy y poner a Fernando VII; otros veían que si Napoleón iba a conquistar Portugal era para repartírselo con Italia, Francia y la España de Godoy; para la Iglesia, Napoléon iba a poner en vereda al pecador de Godoy, que estaba estropeando la moral; y para uno sólo, Napoléon iba a destituir a Carlos IV para poner a alguno de sus hermanos como rey de España. Pero esto queda para el próximo episodio... (continuará).