Lunes 10 de Junio de 2013
A sus cuarenta y cuatro años, Estela lleva la losa de tres fracasos sentimentales, dos hijos de padres diferentes y una precaria situación económica. La llamada de una amiga del pasado, hace que despierten en ella viejos fantasmas enterrados. Y no le quedará mas remedio que volver a recordar la niñez que un día la robaron.
La novela narrada en tercera persona, está dividida en diecinueve capítulos relativamente cortos de lectura ágil y fresca. Por una parte tenemos la historia de Estela en la actualidad, la cual se encuentra en una situación complicada tanto sentimental como económicamente. Presenta un estado de dejadez absoluto en todos los ámbitos de su vida. La autora nos hace viajar a menudo a su niñez, cuando era Lita, para hacernos comprender que la personalidad de cada uno se forja en la infancia y no somos más que el producto de nuestras experiencias.
Los personajes están tan bien construidos que resultan muy cercanos, tanto que llegas a sentir cierta impotencia al no poder hacer nada en determinadas situaciones.
Si he de quedarme con una parte en concreto del libro, sería con la narrada en el pasado. De la mano de la infancia de Estela evocaremos la nuestra propia, con unas maravillosas descripciones de aquella época, recordando sensaciones ya lejanas, como el olor a lavanda del jabón de la abuela. Sobre todo destacaría la relación tan especial que mantiene Estela con su abuelo Rafael, envidiable para los que como a mi, la vida nos ha privado de ello.
Se trata sin duda de una novela cargada de drama, a la que acompañan otros factores, como la intriga, con una historia que invita a la reflexión de la que sacamos muchas moralejas. Espero disfrutéis y sepáis sacar provecho a su lectura.