Lunes 24 de Junio de 2013
La verdad de la Señorita Harriet , de Jane Harris (ed. Lumen, 2013) es una entretenida novela, mezcla de thriller psicológico y novela victoriana.
La autora nos propone un juego de intrigas y suspense en el que la narradora y protagonista nos introduce con sutileza e ironía desde la primera página.
La novela alterna dos épocas, el año 1933 donde encontramos a Harriet Baxter, a punto de cumplir los ochenta, lidiando con una enigmática ayudante de la que no se fía y escribiendo su particular versión sobre los trágicos hechos ocurridos más de cuarenta años antes, hechos que se convierten en la trama principal y en la base principal del juego literario construido por la autora.
Los recuerdos de Harriet se remontan a la primavera de 1888, cuando abandona Londres después de la muerte de su tía a la que había estado cuidando durante varios meses. Con 35 años, independiente, moderna y acostumbrada a viajar sola, decide visitar Glasgow para cambiar de aires y eliminar los malos recuerdos. En Glasgow se celebra la primera exposición Internacional y se espera una gran afluencia de visitantes de todo el mundo por lo que Harriet cree que puede ser el lugar ideal para comenzar de nuevo.
En Glasgow conocerá de forma accidental a la familia de Ned Gillespie, un joven pintor que intenta abrirse camino en el mundo de arte. Harriet nos lo presenta como ‘artista, innovador y genio olvidado, mi apreciado amigo y alma gemela’ , y a lo largo de la novela iremos descubriendo las circunstancias en las que se conocieron y establecieron esta relación. Harriet se encariña de la familia de Ned y se propone ayudarle al considerarle un artista de un talento indiscutible, pero limitado por las circunstancias y las responsabilidades, además de sufrir la injusticia de un mundo artístico snob y exclusivista. La relación con la familia será cada vez más estrecha hasta que una tragedia dará un giro radical a la vida de los Gillespie y a su relación con Harriet.
La autora consigue engancharnos desde la primera página gracias al estilo narrativo de Harriet que nos cautiva desde el principio y provoca que creamos todas las revelaciones que nos va contando, como son los secretos que se esconden bajo la fachada idílica de los Gillespie y los datos sobre su propia vida y su pasado que va dosificando con cuentagotas. Hasta que vamos comprobando que hay piezas que no encajan, y es aquí donde tendremos que decidir si nos fiamos o no de sus palabras.