Miércoles 5 de Junio de 2013
Los invitamos a reflexionar con esta historia tradicional hindú, sobre la finitud corporal y la eternidad de nuestras almas
ESTOY DE PASO
Un turista americano viajó a India con la finalidad de visitar a un famoso sabio.
El turista se sorprendió al ver que el sabio vivía en un cuartito muy simple y lleno de libros.
Las únicas piezas de mobiliario eran una cama, una mesa y un banco.
-¿Dónde están sus muebles? preguntó el turista. Y el sabio, rápidamente, también preguntó:
-¿Y dónde están los suyos…?
-¿Los míos?, se sorprendió el turista… ¡Pero si yo estoy aquí solamente de paso!
-Yo también… concluyó el sabio…
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Nuestro cuerpo, como todos los demás, es un habitáculo temporal, cuando el propósito para lo que el alma decidió encarnar se haya cumplido, desaparecerá como las burbujas de agua. Lo que somos realmente nunca va a morir, no puede ser herido ni lastimado. Somos mucho más que un cuerpo y una mente. Sólo estamos vivos, realmente vivos, en el aquí y ahora. La vida va fluyendo como el agua del arroyo, la única vida en que podemos entender quiénes somos, la única en que podemos cambiar el ritmo de nuestro paso por el planeta, la única en la que podemos modificar el rumbo de nuestra historia, es aquí y ahora. .
“El hombre es mortal: polvo es y al polvo volverá, pero en él refulge el Alma como una chispa de la llama inmortal, Dios. Lo invisible es lo que sustenta lo visible. El Alma no muere; sólo el cuerpo”. Sai Baba
El cuerpo tiene un tiempo biológico para moverse y expresarse en este plano de existencia. Es el vehículo preciado del alma que lo utiliza para experimentar roles y situaciones en este trayecto, condicionado por leyes materiales que hacen que después de un tiempo, esa misma alma vaya cambiando de vehículo, así como nuestro cuerpo cambia de ropa.
. “Cuando mi voz calle con la muerte, mi corazón te seguirá hablando.” Rabindranath Tagore. El Alma no muere; sólo el cuerpo lo hace. Cuando uno se da cuenta de esta gran verdad, la muerte pierde su fuerza y ya no es temida sino acogida como un simple viaje hacia un estado de más conciencia dichosa. Somos seres divinos viviendo una experiencia humana. La sensación amor y unidad, darnos cuenta que somos mucho más que este cuerpo, que somos cuánto cuerpo hay en la creación, o como dicen los seres sublimes, sólo se trata de nosotros expresándonos en otras partes de nosotros mismos, para percibir la diversidad de la que aparentemente somos capaces, y llevar esa percepción a la unidad que subyace en todo, que permea todo, que atraviesa, que compone todo, la sinfonía más bella, la danza de la vida, que abarca en su obra prodigiosa todo lo que existe, y ahí estamos, en cada átomo, en cada molécula, en cada estrella, en el espacio que parece vacío pero en realidad está lleno, ¿de qué? de la misma energía divina, de la que todo surge y a la que todo vuelve. Amor incondicional. . “Lo que no tiene nacimiento tampoco tiene muerte. El Alma no ha nacido ni morirá. Es inteligencia perenne, bienaventuranza sin fin”. Sai Baba - De manera similar al sistema escolar que, al haber aprendido determinadas materias se avanza de grado.
El alma pasa a planos de más conciencia, al haber aprendido a amar a través del perdón, de la aceptación, de la no violencia, del respeto a la vida, etc.
Cada alma mientras vive en la escuela llamada planeta tierra, sabe cuáles son las materias que le resulta difícil de aprobar.
Conectate con tu corazón, porque en él existe la vibración del amor que nos une a todo lo creado más allá de las aparentes separaciones.
Todo es uno, todos compartimos la conexión con ese Dios-Amor del cual formamos parte.
El alma teniendo la experiencia de ser humana, se cree aislada y limitada, pero lo cierto es que nunca hubo separación y que siempre existió unida a todas las otras partes de la creación por el lazo invisible del amor incondicional.
Al igual que los personajes del sueño no son reales y te das cuenta de esa ilusión al despertar; la realidad física es otro tipo de sueño que, en ese pase de plano que llamamos muerte, sucede el despertar del alma que recuerda la experiencia física como la oportunidad que tuvo de amar y recordar quién era realmente. Todo lo que existe, tiene vida eterna que se expresa en diversas formas. Cada maestro nos recuerda la verdad para que dentro del sueño que llamamos realidad, podamos por fin despertar.
Que tus sentidos no te engañen, somos mucho más que el cuerpo.
Somos la luz eterna.