Miércoles 12 de Junio de 2013
La esperanza no es fingir que no existen los problemas, sino la confianza de saber que no son eternos, y que todas las dificultades se superarán.
Las cuatro velas se quemaban lentamente.
En el ambiente había tal silencio que se podía oír el diálogo que mantenían.
La primera dijo:- ¡YO SOY LA PAZ!
Pero las personas no consiguen mantenerme.
Creo que me voy a apagar.
Y, disminuyendo su fuego rápidamente, se apagó por completo.
Dijo la segunda:- ¡YO SOY LA FE!
Lamentablemente a los hombres les parezco superflua.
Las personas no quieren saber de mi.
No tiene sentido permanecer encendida.
Cuando terminó de hablar, una brisa pasó suavemente sobre ella y se apagó.
Rápida y triste la tercera vela se manifestó:- ¡YO SOY EL AMOR!
No tengo fuerzas para seguir encendida.
Las personas me dejan a un lado y no comprenden mi importancia. Se olvidan hasta de aquellos que están muy cerca y les aman.
Y, sin esperar más, se apagó.
De repente...Entró un niño y vió las tres velas apagadas.
-Pero, ¿qué es esto?. Deberíais estar encendidas hasta el final.
Al decir esto comenzó a llorar.
Entonces, la cuarta vela habló:
- No tengas miedo, mientras yo tenga fuego, podremos encender las demás velas.
YO SOY ¡LA ESPERANZA!
Con los ojos brillantes, agarró la vela que todavía ardía...
Y encendió las demás.
...y que cada uno de nosotros sepamos ser la herramienta que los niños necesitan para mantener la Esperanza, la Fe, la Paz y el Amor.