Martes 18 de Junio de 2013
La toxoplasmosis es una infección causada por el parásito Toxoplasma gondii.
Esta enfermedad es encontrada en humanos y en varias especies de animales y pájaros. Fuera del embarazo es una enfermedad que no tiene ninguna importancia. Sin embargo, padecida durante el embarazo, el toxoplasma puede atravesar la placenta y afectar al feto.
Causas:
La infección en los humanos puede ser causada por:
Comer carne cruda o mal cocida ya sea de cerdo, vaca o cordero. Tocar tierra o plantas contaminadas por dicho parásito. Descuido al limpiar los excrementos del gato. Beber agua contaminada. Transfusiones de sangre o trasplante de órganos.
Síntomas:
-Ganglios en la zona de cuello y cabeza. -Dolor de cabeza. -Fiebre. -Dolor en los músculos. -Dolor de garganta. -Confusión. -Inflamación en la retina que provoca visión borrosa.
Qué provoca en el bebé:
Las consecuencias que puede sufrir un bebé afectado por esta enfermedad, pueden ser de leves a graves, llegando en algunos casos a provocar abortos espontáneos, la muerte del bebé al nacer, o bien al poco tiempo de nacimiento.
Por estas razones es que si el líquido amniótico demuestra que el feto ha sido infectado por este parásito, o se si descubre algún otro problema por un estudio diferente, es muy probable que se tomen medidas específicas para evitar estos riesgos e, inclusive, hay que ver en la etapa gestacional que se encuentra el bebé, porque en este caso hasta se puede plantear la opción de terminar el embarazo; por supuesto que si sigue adelante, se suministran determinados medicamentos para intentar reducir los riesgos en el feto.
Hay que tener presente que la toxoplasmosis en el embarazo puede afectar seriamente el cerebro del bebé, causando problemas importantes del tipo de retraso mental o trastornos motrices, epilepsia, parálisis cerebral, así como también la posibilidad que afecte otros órganos, principalmente los ojos provocando alteraciones visuales y llegando inclusive a la ceguera.
Síntomas de toxoplasmosis al nacer el bebé:
En general no se presentan signos de infección cuando el bebé nace e inclusive, los recién nacidos si están infectados de forma leve, pueden no presentar ni síntomas ni problemas, durante meses o incluso años.
Las investigaciones muestran que, si bien el tratamiento después del nacimiento no puede revertir todo el daño producido con anterioridad al mismo, se logrará disminuir mucho el riesgo que corre el bebé de desarrollar nuevos problemas durante la infancia y al crecer, sobre todo en la adolescencia que se pueden presentar serios problemas visuales.
Aumento del tamaño del bazo.
Mala visión.
Infección pulmonar.
Problemas en la audición.
Ictericia.
Bajo peso.
Erupción cutánea.
Convulsiones.
Aumento del tamaño de los ganglios linfáticos.
Por todas estas razones, es menester consultar con el ginecólogo en caso de estar embarazada y si se piensa que está en riesgo de poder contraer la enfermedad (por ejemplo, si la mascota de la casa es un gato y limpia los desechos del mismo). Por otro lado, llevar al gato al veterinario, es una manera de quedarse tranquilo con respecto a esta enfermedad.
