Martes 23 de Julio de 2013
Hemos llegado a un punto en que los productos alimentarios son clasificados, exclusivamente, entre "buenos" o "malos".
Nos encontramos en un momento de máxima preocupación por la salud. La sociedad comienza a abrir los ojos, y empieza a ser conocedora de la estrecha relación existente entre nuestra alimentación y nuestra salud. Supongo que es por ello que se ha instaurado esta "manía" de dicotomizar los alimentos en dos grupos: los que son "buenos" para la salud y los que son "malos" para la salud. Es más, también existen los "muy buenos" y "muy malos". Obviamente, la calidad y efectos en la salud de un alimento no se pueden cuantificar con este tipo de adjetivos. Estas definiciones no dan ningún tipo de información.No son pocas las veces que me han preguntado, muy sinceramente: "¿Si me como esto será malo, verdad?". Creo que es momento de poner un simple ejemplo para intentar llevar a cabo una reflexión al respeto. Creo que todos estamos de acuerdo en que comer diariamente chocolatinas no es muy saludable, debido a su alto contenido en grasas y azúcares. No obstante, ha quedado bien establecido que un consumo moderado de chocolate negro (correspondiente a dos o tres pastillas, o entre 20-30 g diarios) puede ser beneficioso para prevenir afecciones cardíacas y algunos cánceres debido a su contenido en antioxidantes . Por otro lado, doy por supuesto que en general las personas sabemos que comer una manzana cada día es muy beneficioso, pues se trata de un alimento rico en fibra, vitaminas y antioxidantes. Pues bien, ¿creéis que sería igual de saludable comerse un quilo de manzanas diariamente? Obviamente no: el exceso de fibra posiblemente nos llevaría a desequilibrios digestivos, empezaríamos a no absorber correctamente minerales y no comeríamos otros alimentos, lo que nos llevarías una alimentación descompensada.
Los alimentos no son buenos o malos por ellos mismos. Nada es bueno o malo intrínsecamente. Todo va a depender de la cantidad de alimento que consumamos y de cómo lo balanceemos con alimentos de otros grupos. Creo que todo es una cuestión de equilibrio . Deberíamos pues escapar de vagas y vacías clasificaciones y pensar más globalmente: lo realmente importante es seguir un estilo de vida saludable, consistente en una alimentación sana, variada y equilibrada, acompañada de ejercicio físico diario.