Martes 27 de Enero de 2015
Opinión – Sobre la decisión de Mignaquy
“Atento al mensaje que emitiera el Sr. Intendente Municipal, Dr. Javier Mignaquy a los vecinos de General Viamonte en el ejemplar de la semana pasada, me permito en honor al derecho que me otorga la condición de ciudadano común y a la obligación de ex funcionario municipal con 11 años de gestión en las espaldas, hacer humildemente, un comentario al respecto.
La decisión de cambio de línea política (entiéndase el pase del FPV al Massismo) del Sr. Intendente (principal motivo por otra parte de mi renuncia al cargo de Secretario de Gobierno Municipal) no es propio de disculpas por las molestias causadas al vecino de General Viamonte -así lo dice en la nota- ubicándolo en un plano de mero espectador ante tan especial situación.
Por el contrario, un pueblo noble y trabajador tal cual lo expresa en su solicitada, es también un pueblo comprometido, un pueblo con permanente protagonismo con un alto interés político que debe ser respetado con la información fidedigna del accionar de sus gobernantes.
Una decisión, equivocada o no, siempre trae consecuencias. El resultado será el fruto obtenido. Con más razón cuando la decisión es de índole político, y además inconsulta, el resultado de la misma la sufre nada menos que el pueblo. Ese pueblo leal a sus convicciones, respetuoso de sus costumbres pueblerinas y familieras que no espera otra cosa a cambio que se le retribuyan esas virtudes con la misma moneda.
Por lo tanto es ese pueblo el principal receptor de semejantes decisiones y no se merece de ninguna manera que se lo trate como actor de reparto presentándole simplemente una disculpa.
Debo aclarar, y en esto estoy de acuerdo con el Sr. Intendente, que detrás de cada decisión hay un ser humano, político ó no, y detrás de él una familia que segura y entendiblemente estará de acuerdo con lo accionado. Pero eso no es causal para soportar agravios que manchen ó entorpezcan la vida en comunidad.
Sr. Intendente:
Sabidas son nuestras diferencias políticas, pero aún con el desconcierto con que asumí su decisión, no seré yo quien juzgue ni su accionar ni su actitud. Con los años he aprendido que ante la adversidad el mejor remedio es mirar para adelante cargando en la mochila solamente las herramientas necesarias para ir sorteando obstáculos sin apartarme del camino tratando siempre de no volver a tropezar con la misma piedra.
Mi opinión es la de un ciudadano común que lo único que pretende es que esas diferencias sean el patrón de una política sana sin agravios ni victimizaciones, en pos de una comunidad que se merece el mayor de los respetos por parte de sus funcionarios y que con la soberanía que le confiere un país libre como el nuestro, sabrá en las urnas poner las cosas en su lugar.
SAUL BARTOLETTI (Adherente al FVP)
