El árbol y el carpintero, un cuento muy valioso para observarse y crecer internamente.
Comenzá esta meditación que dura idealmente 15 minutos o el tiempo que necesites, para liberar estrés.
El mundo se alimenta del pasado y del futuro. Necesita, literalmente para vivir, al pasado, para tener una base de información sobre la cual proyectarse a lo que por inferencia, especulación o miedo, cree que va a suceder en el futuro, y basa todo su andamiaje en el tiempo. El tiempo lo sustenta y el mundo se alimenta del tiempo.
Continuar pensando la historia de dolor pasado, por temor a la futura, hace que malogremos nuestras relaciones actuales.
Hay una frase de Krishnamurthi, dura, lapidaria para el ego, que muestra la trampa de la mente baja, en contraste con nuestra esencia.
Escuchamos hablar cada vez más de la ley de atracción, pero ¿qué hay de cierto en esto?
Segundo a segundo somos nuevas personas. Lo que fuiste o hiciste, pasó.
Recordemos que la primera relación sana, tiene que ser con nosotros mismos.
El desapego se produce cuando ya no nos aferramos a la necesidad física de la aparición del otro en nuestra vida para sentirnos felices, somos felices porque estamos vivos en el planeta.
El observador se cree diferente a lo observado y por eso, juzga, opina, recuerda, compara, analiza, elige.
El perdón alivia la carga de un pasado doloroso y permite continuar adelante con la sensación de un bienestar interno. Por eso debemos perdonarnos y perdonar, en el orden mencionado, puesto que si uno no puede manejar el perdón en su propia vida, mucho menos será capaz de ofrendarlo al otro.
Sólo se trata de eso, amar, reconocer que cuando amamos, se abren las compuertas de la percepción, y las maravillas de una energía sabia, actúa ese beneficio en nosotros.
El miedo a la vida y a la muerte. Los miedos cotidianos y a lo desconocido.
Meditar equivale a anclarse en el presente, a quitar los efectos nocivos de volver una y otra vez a hechos del pasado, a no pensar en cuestiones futuras.
Cuando reconocemos nuestra propia belleza, la energía promovida por la valoración interna se extiende hacia cada acción que realicemos y hacia cada interacción con los demás.
Es muy común escuchar hablar de mándalas, ver cuadros y decoraciones basados en estas, y hasta meditar con las mismas. Es una palabra sánscrita que significa “círculo”. Tiene su origen en la India y son utilizado desde tiempos remotos.